En el Archivo Municipal de Lebrija se conservan las actas capitulares de las reuniones plenarias del Ayuntamiento de Lebrija en las que podemos alcanzar a consultar los aspectos más relevantes de la Historia de El Cuervo en el siglo XX. En el documento de este mes, punto 2 del pleno ordinario celebrado el 1 de febrero de 1968, se trató el escrito que el Gobierno Civil de Sevilla hizo llegar al Ayuntamiento
de Lebrija sobre el poblado Sánchez Alva. La figura del gobernador civil aparece en la historia de España en torno a 1825, estableciéndose en la estructura de la administración que los Borbones españoles comenzaron a introducir a imagen y semejanza del modelo francés. Grosso modo, representaba la autoridad política en las provincias de España y tenía como funciones básicas: representar
permanentemente al Gobierno central, mantener el orden público y dirigir las fuerzas de seguridad, ejercer la dirección de la Administración Civil del Estado en la provincia e impulsar el desarrollo provincial. La Constitución de 1978 creó la figura de los delegados del Gobierno, dentro de los cambios que esta misma implementaría en la estructura del Estado, otorgándole el papel clave de servir de
conexión entre el gobierno central y las comunidades autónomas. Finalmente, la Ley 6/1997 de Organización y Funcionamiento de la Administración General del Estado abolió el cargo de gobernador civil, estableciendo en su lugar el subdelegado del Gobierno (representante del Gobierno en la provincia y bajo la autoridad del delegado del Gobierno de la Comunidad Autónoma).

Archivo Municipal de Lebrija (AML). Actas Capitulares (1-febrero-1968; punto 2)

Analizaremos el origen de este documento, la contextualización social, política y económica del mismo y su importancia en el proceso de Segregación de El Cuervo del núcleo matriz de Lebrija.

La Memoria de Gestión de los Gobernadores Civiles durante el franquismo

Anualmente, los gobernadores civiles tenían que “rendir cuentas” ante el Ministerio de la Gobernación, documentos que para el caso de Sevilla se conservan en el Archivo del Gobierno Civil ubicado en la Plaza de España de la capital hispalense. Antes de su elaboración, la Secretaría General Técnica del Ministerio de la Gobernación hacía llegar al Gobernador Civil las directrices fundamentales para la elaboración de dicha memoria.

En marzo de 1969, José Utrera Molina, como Gobernador Civil de Sevilla, firmaba su memoria de gestión del año 1968 en la que se recogían los aspectos económicos, sociales y políticos más relevantes de la provincia de Sevilla durante el citado año. Es un documento que resulta clave para contextualizar y comprender el papel que el Gobierno Civil, y por ende el gobernador civil, podía desempeñar en una posible segregación del núcleo de El Cuervo del municipio matriz de Lebrija, cuestión que ya se puso sobre la mesa antes de febrero de 1968 como así atestigua el documento que aquí presentamos:

También conoció el ayuntamiento escrito del gobierno civil de esta Provincia, de fecha tres del pasado enero en el que manifiesta no es conveniente constituir como Municipio o Entidad Local Menor el poblado Sánchez Alva que debe continuar como barrio de Lebrija

La memoria de gestión de Utrera Molina presentaba un panorama político en la provincia de Sevilla caracterizado por una marcada identificación de la misma con todo cuanto significa y es la dinámica y los principios políticos del Régimen. Teniendo en cuenta que la memoria es un documento que no profundiza excesivamente en ningún aspecto, resulta de una probabilidad ínfima que un asunto tan particular como era la posible separación de El Cuervo de Lebrija apareciera reflejado en el mismo.

Directrices para la elaboración de la Memoria de Gestión del Gobierno Civil de
Sevilla. Año 1965 (Archivo del Gobierno Civil de Sevilla).

La Segregación de El Cuervo durante el Tardofranquismo (1969-1975)

Sentenciaba el documento del mes que el poblado Sánchezalva debe continuar como barrio de Lebrija. En la sesión plenaria de carácter ordinario del Ayuntamiento de Lebrija que tuvo lugar el 3 de 1968 se hacía referencia a la posición que el Gobierno Civil de Sevilla tomaba frente al asunto de la Segregación de El Cuervo, que ya estaba sobre la mesa de la política local lebrijana como así demostraba que el mismo Ayuntamiento de Lebrija y el Gobierno civil de Sevilla tomaran cartas en la posible escisión del entonces núcleo de población cuerveño. Por un lado, se hace referencia a la existencia de un escrito emitido por el gobierno civil de Sevilla (También conoció el ayuntamiento escrito del gobierno civil de esta provincia de fecha tres del pasado enero) que comunicaba la no conveniencia de que el pueblo de El Cuervo se constituyera en municipio independiente o entidad local menor. Seguimos indagando en el Archivo del Gobierno Civil de Sevilla intentando encontrar dicho escrito que nos pueda facilitar más información acerca de las circunstancias que rodearon la génesis del escenario en que se acaba planteando la fórmula de la segregación como una solución política a lo que venía ya gestándose desde principios del siglo XX: el sentimiento de marginación de la población cuerveña con respecto a la ciudadanía del municipio matriz de Lebrija. El hallazgo de este escrito nos ayudaría a complementar y comprender mejor las motivaciones que pudieron llevar a que se hablara de la segregación como herramienta política. Por otro lado, asistimos a la evidencia más incontestable sobre la existencia de la vía segregacionista como una realidad política y social que en El Cuervo se comenzaba a plantear como una solución por parte de un sector de la sociedad cuerveña, aunque, como así se puede ver en el documento, la posición que el Gobierno Civil de Sevilla trasladó al Ayuntamiento de Sevilla no dejaba lugar a dudas: el poblado Sánchezalva (que) debe continuar como barrio de Lebrija.

En 1970 tuvo lugar la visita anual del gobernador civil de Sevilla, José Utrera Molina, a la provincia. De la documentación que se conserva en el Archivo del Gobierno Civil de Sevilla podemos extraer un informe de la Jefatura Local del Movimiento de Lebrija, donde se reitera lo siguiente:

Son dos, principalmente, los más importantes (problemas) que gravitan sobre esta población. Por su parte, su marginación de la zona del Jerez donde habitualmente se colocaba su muy importante producción vinícola, ha producido un clima algo tenso, habiéndose recurrido ante los tribunales la decisión tomada para su exclusión. Por otra, la existencia de un núcleo de población, El Cuervo, situado en la carretera general N-IV y con servicios bastante deficientes, hace que los vecinos (aproximadamente 5.000), se sientan algo preteridos en relación con los de la cabecera del municipio.

Con este segundo documento venimos a incidir en la idea que el propio gobernador civil de Sevilla ya indicaba como principal elemento a considerar para evitar situaciones problemáticas futuras relativas al orden público. En este caso, la deficiencia en los servicios que se señalaba acabaría engrosando el sentimiento de marginación que alimentaría cada vez más la vía de la segregación como una solución a los problemas sociales y económicas para la población de El Cuervo. Aun así, no tenemos constancia documental de que se planteara o que estuviera presente en el plano político hasta 1974.

En este mismo año, pero en diciembre, se publicaba en el diario El Correo de Andalucía un reportaje sobre los hechos acaecidos en El Cuervo con motivo de las elecciones municipales celebradas en 1970 al Tercio Familiar (donde sólo tenían derecho a voto los llamados cabezas de familia). Estos comicios se organizaban cada 3 años y conformaban un sistema configurado para asegurar el control del proceso electoral. El fundamento normativo de este procedimiento electoral se encuentra en la Ley de Bases de Régimen Local de 1945, en gran parte basada en el Estatuto Municipal de 1924 elaborado por José Calvo Sotelo durante el gobierno del Directorio Militar de la dictadura de Miguel Primo de Rivera.

En la memoria de gestión de 1968, en el capítulo “Juicio crítico sobre la evolución política de la provincia”, se hace referencia al diario citado en un tono nada favorable (actividad un tanto insidiosa de un periódico) haciendo alusión a que, a pesar de su raíz católica, ha llevado a la confusión a grandes sectores de nuestra capital y provincia y ha intentado aglutinar una marcada oposición al Régimen y al Movimiento. Observamos que se señala al diario como responsable de ciertas corrientes de opinión contrarias al régimen franquista e instigador de acciones que iban más allá de la legalidad vigente en la dictadura. En este caso, bajo el titular “El Cuervo, un pueblo bien desgraciado” se recogían las quejas de los vecinos cuerveños ante el desarrollo de los comicios electores y el control ejercido por las autoridades franquistas para garantizar los resultados esperados. Los dos candidatos de El Cuervo para ser elegidos concejales por el tercio familiar, Francisco Mata Alonso y Manuel Gracia Blázquez, coincidieron en denunciar ante el periódico las mencionadas irregularidades:

  • Francisco Mata Alonso: “Muchos votantes y más inconvenientes que votantes. Recurrimos al juzgado para que los funcionarios votaran, nos dijeron que sí. El alcalde de Lebrija dijo, más tarde que no. Las listas no estaban a la vista del público. Para la próxima vez ya está uno preparado. Pasa como con los borregos…”
  • Manuel Gracia Blázquez: “El colegio se cerró, forzado por los candidatos de Lebrija, a la hora previamente anunciada, cuando había en la cola un ciento de personas. Por la misma causa han quedado sin votar mucha más gente. Todo tiene su explicación: una sola mesa era insuficiente, por una parte, y por otra, el miedo a que El Cuervo colocara un concejal en el Ayuntamiento de Lebrija, según confesión de los mismos candidatos. Además, el treinta por ciento de los vecinos no estaban censados, según la mesa. Ni las listas a la vista del público. Nada sé oficialmente del número de votos que he sacado, pero si llegan a votar los 750 cabezas de familia representantes en El Cuervo, incluidos los del extrarradio, salgo elegido. Otro asunto feo es que decían que forzosamente había que elegir a cuatro de los once candidatos que aparecían en las octavillas que de lo contrario, sería anulado el voto. En El Cuervo han votado solamente 307 personas, a las que hay que sumar las que pudieron hacerlo del extrarradio. Yo habré sacado unos 480 votos a favor. Quiero dar las gracias a mi barrio porque estuvo dispuesto a elegirme o a elegirnos. Cuento con su nuevo voto para la próxima vez. Daré la batalla al máximo”.

En las declaraciones de Manuel Gracia Blázquez está presente ese sentimiento de marginación señalado con anterioridad, existente según hemos podido constatar documentalmente desde principios del siglo XX, que va a acabar irrumpiendo con fuerza en la década de los 80 en la política lebrijana (y por ende cuerveña) hasta llegar al 28 de abril de 1988 y el inicio del proceso de segregación de El Cuervo. Por otro lado, se denuncia la imposibilidad de la población cuerveña para ejercer el voto, algo que Gracia Blázquez destaca como el elemento clave para que no pudiera alcanzar su acta de concejal en el Ayuntamiento de Municipio.

Antes de llegar a la sesión plenario del Ayuntamiento de Lebrija del 28 de abril de 1988 en que se aprobó iniciar los trámites para la Segregación de El Cuervo del municipio de Lebrija, siguiendo la línea del documento del mes, hemos de traer a colación el informe jurídico con fecha de 1985 que elaboró Juan Pedro González a petición de la Agrupación socialistas de El Cuervo, dejando claro en el mismo la posición del PSOE con respecto a la posibilidad de una escisión del núcleo cuerveño y su constitución en municipio independiente. Dicho informe abogaba por un aumento de la autonomía administrativa, pero nunca por la dotación de un Ayuntamiento independiente para El Cuervo.

En las líneas que reproducimos a continuación podemos apreciar el espíritu del informe citado:

“En los núcleos separados de población que no cuentan con Ayuntamiento propio, como es el caso de El Cuervo, es donde se plantea como ningún otro supuesto, el problema de la representatividad político-administrativa, de manera que son estos núcleos de población distanciados del centro de la vida municipal los que reclaman para sí la misma o mayor representación, si cabe, que la existente para la localidad donde tiene su sede el Ayuntamiento, como un mecanismo de autodefensa frente a la lejanía de la administración más próxima, frente a su propia debilidad institucional, y frente, asimismo, a su conciencia, cierta o no cierta es lo de menos, de población discriminada y marginada. Frente a esta problemática, es preciso poner en marcha alguna o algunas fórmulas orgánico-funcionales que sean eficaces y permitan, cuando menos, una mejora en la prestación de los servicios municipales elementales, junto con el establecimiento de unos márgenes mínimos de responsabilización de la comunidad vecinal en la gestión de sus respectivos intereses.

La solución a los problemas expuestos no pasa prioritariamente por dotar a los núcleos separados de población de un Ayuntamiento propio e independiente, (…)”

Ya en el pleno mencionado (28 de abril 1988), José María Tomasetti (Alianza Popular) tratando el punto 10 sobre la petición para iniciar los trámites de la segregación de El Cuervo haría mención de que su partido lo solicitó o vio en esta fórmula de la segregación en 1987, 1983 e incluso 1974, la solución a la situación de El Cuervo.

Como podemos ver a lo largo de las páginas anteriores, la Segregación estuvo presente sobre la mesa de la política lebrijana desde bien antes de los años 80, teniendo incluso repercusiones en instancias políticas superiores. La investigación histórica sirve para dar pasos en el camino del conocimiento claro y conciso del proceso de Segregación de El Cuervo.

El Documento Destacado es una iniciativa del Ateneo Cultural Andaluz Arbonaida en colaboración con El Graznido con el objetivo de divulgar la Historia de El Cuervo.

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