Benjamín Bejarano Medina (El Cuervo de Sevilla, 4 de Mayo de 1965) lleva más de cuarenta años al frente de Fotos Bejarano, su estudio fotográfico en El Cuervo de Sevilla, desde donde ha construido un extenso archivo de negativos y ficheros digitales. A lo largo de estas décadas, ha cedido de forma continuada sus imágenes para artículos, revistas y exposiciones, contribuyendo a preservar la memoria gráfica del municipio.
Su estilo, de clara orientación documental y costumbrista, evita el artificio y persigue el testimonio fiel de cada instante: desde procesiones de Semana Santa hasta actos vecinales o partidos de fútbol en el campo local. Ha colaborado en iniciativas solidarias como la Semana Rosa, impulsada por la asociación El Cuervo Contra el Cáncer, realizando sesiones fotográficas en apoyo a la causa y retratando a quienes participan en ella.

Entre sus colaboraciones más recientes destaca la muestra al aire libre Una Mirada Atrás (diciembre de 2022), organizada por el Ayuntamiento de El Cuervo para recuperar imágenes ligadas al proceso de segregación respecto a Lebrija.
Participa además en proyectos culturales como el calendario histórico del Ateneo Arbonaida y ha contribuido con sus fotografías a publicaciones institucionales, como la portada de la revista de feria y fiestas del año 2016.
- ¿Recuerda la primera vez que una fotografía suya trascendió el ámbito familiar y fue entendida como un testimonio colectivo de El Cuervo?
Pues teniendo la edad que tenía (17 años) para mi fue algo nuevo, sorprendente. Era distinto a las demás fotos, ya que trabajar con el perfil de las personas no era lo mismo que hacer una foto a algo representativo de mi pueblo.
- Usted ha vivido desde dentro la evolución técnica de la fotografía. ¿Cómo afrontó el paso de lo analógico a lo digital, y qué implicaciones tuvo en su forma de mirar y trabajar?
Como bien dices, he vivido durante muchos años la época analógica y cumpliendo con la experiencia que me honra, trabajar con la era digital no me ha supuesto un gran esfuerzo, simplemente adaptarme a las novedades que han ido surgiendo en este mundo de la fotografía. Lo que sí contemplo es que ahora es más cómodo editar, crear y compartir el trabajo. He de anotar que viendo las dos épocas de esta evolución, me quedo con el resultado de las cámaras analógicas.
- En momentos como la manifestación por la segregación de 1989 o eventos singulares del municipio, ¿fue consciente de estar registrando historia viva?
Los comienzos de la segregación me tocó vivirlos relativamente joven, tenía 22 años. Había vivido inauguraciones con el alcalde de Lebrija, ya que era el que gobernaba aquí, y si, era consciente de que estaba siendo testigo gráfico de los acontecimientos de mi pueblo, pero llegó la parte de la segregación y me llenó más puesto que yo formaba también parte de aquella lucha, y lo viví dentro y fuera de ella. Para mí será el mejor trabajo, a nivel profesional y emocional que se quedará para el recuerdo y la historia de mi pueblo.
- ¿Hay alguna fotografía de su archivo que considere especialmente simbólica o reveladora de lo que ha sido El Cuervo durante estas décadas?
Como simbólica, para mi, tengo muchas, puesto que empecé muy joven y no era consciente de que con el paso del tiempo mi trabajo tendría mucho valor emocional y simbólicamente. La que creo que para mi es la más recordada es la que está jurando el cargo nuestro primer alcalde D. Antonio Amuedo, ya que fue el pistoletazo de salida de un pueblo independiente y libre.

- Desde su posición privilegiada tras la cámara, ¿qué transformaciones profundas ha observado en el municipio en estos más de cuarenta años?
Como costumbres, me quedo con las Cruces de Mayo, que antes se vivían y se elaboraban con mucho arte. Rostros, los de personas conocidas por todo el pueblo y que por ley de vida, desaparecieron y por mis archivos se pueden recordar. De paisajes, me encanta recordar cuando, en zonas que ahora hay edificios, antes era todo campo.
- Se le reconoce como el gran testigo gráfico de El Cuervo. ¿Cómo organiza, clasifica y preserva su archivo?
Los negativos venían del laboratorio en carpetas de papel transparente y por fuera, en su anverso escribía con boli el tema de ese rollo y su fecha correspondiente. Cuando acababa el año los guardaba en unas cajas de cartón, tipo archivos de facturas y en el lateral, el año y el contenido (bodas, comuniones…). Cuando llegó la era digital empecé a organizarlo en cd´s y al mismo tiempo, copias en pendrive. Los negativos los estoy digitalizando, uno a uno, con calidad extrema puesto que es más fácil hacer copias que de los mismos negativos.
- ¿Qué futuro imagina para su archivo fotográfico?
Para mi, es algo tan personal que, aunque cuando alguien necesita de alguna foto histórica, la cedo sin compromiso alguno, no tengo claro todavía cuál va a ser su futuro, pero si el día de mañana sirviera para documentar la historia de El Cuervo no dudaría en colaborar.
- Si pudiera transmitir una sola lección a un joven de El Cuervo interesado en contar su entorno con imágenes, ¿cuál sería?
Imaginación, amor a lo que está fotografiando ya que es el futuro de ese instante.
- De todas las fotografías que ha tomado, ¿hay alguna que le costó especialmente hacer por razones personales, éticas o emocionales?
Sí, un fotógrafo profesional tiene que atenerse a todos los acontecimientos y enfrentarse a momentos inesperados como tomar imágenes de una disputa de tierras o edificios, con un notario presente y ambas partes de dicho conflicto decirte: Benjamín contigo no va pero aquí no hagas fotos. Es mi trabajo y tengo que hacerlo, pero lo paso mal, por supuesto.
- ¿Qué significa para usted haber acompañado con su cámara la historia de El Cuervo durante más de cuatro décadas?
Como fotógrafo he disfrutado viendo la evolución de mi entorno, donde nací,sus calles, su gente, sus fiestas… Y como persona me ha hecho madurar a pasos agigantados
- A lo largo de estos años, ¿ha experimentado algún tipo de censura, presión o petición para no publicar una imagen?
Afortunadamente, mi prudencia ha ido siempre por delante de mi cámara y muy pocas veces me he visto obligado a no publicar una foto. Pero es una anécdota más para no recordar.
- ¿Hay algo que nunca haya fotografiado y le hubiera gustado capturar?
Siempre hay algo que se te escapa, pero no se puede estar en dos sitios a la vez. Pero me siento orgulloso de haber estado en los momentos y los sitios en los que debía estar.